lunes, 4 de noviembre de 2024

Un beatle en el Estadio Nacional de Lima (crónica)

A una semana del concierto del exbeatle Paul McCartney rememoramos su paso por el Estadio Nacional de Lima ante 43 mil espectadores, como parte de su gira “Got Back”.

 

Escribe: José Vadillo Vila

@vadillovila

 

Un morderse la cola. La última frase de la última canción que grabaron Los Beatles, abrió y cerró el show de Paul McCartney en Lima: “And in the end / the love you take / is equal to the love you make” (“Y al final, el amor que recibes es igual al amor que das”).

 

El estribillo apareció, primero, en las pantallas laterales con el icónico bajo Hofner en forma de violín explotando en multicolores, anunciando así el inicio del show, que arrancaría a las 9:11 p.m., sin respetar la hora inglesa, tal vez como un guiño a su público sudamericano o al endemoniado tráfico limeño.

 

Y casi tres horas después, el estribillo haría bis, ahora en la garganta del propio McCartney, que se despediría de Lima, coreado y aplaudido por una multitud en la que se confundían las generaciones en desafío a los estándares del marketing que pone edades a los oyentes, como si a la música no le bastara solo con ser buena para romper las burocracias de las tendencias y la radio comercial. 

 

Aquel -todavía- acariciable domingo 27 de octubre, los beatlemaniacos de hoy, ayer y anteayer se pusieron de acuerdo para que el coloso José Díaz patee más lejos los balones perdidos y cierre con cinta masking tape las derrotas del seleccionado nacional. Solo eran posibles las alegrías y nostalgias que afiebraban la memoria auditiva gracias a la garganta de sir Paul McCartney.

 

Fuerza vegetariana

Tras ver al músico zurdo más famoso del orbe, hay que observar con distancia las diatribas contra la dieta vegetariana porque el señor McCartney, quien pondera esta vida saludable, cantó sin sobresaltos más de 35 canciones y a sus 82 años daba saltitos por las escaleras del escenario para sentarse frente al piano o volver al centro del escenario. 

 

El primer acorde de la noche se metió al público en el bolsillo y elevó la temperatura del estadio limeño: el clásico beatle “A hard day’s night” estaba tan vigente como hace sesenta años, cuando se estrenaban el álbum y la cinta homónima. Vamos a tener una “fiesta”, anunciaría Paul para lanzarse a un tema de su etapa solista “Junior’s farm”.

 

La presencia de un trío de vientos en Got Back, la nueva gira del exbeatle, darían otra dimensión a temas como “Letting go”, donde la triada de metales aparecería desde una de las tribunas del Estadio Nacional de Lima. O “Got to get you into my life”, “Lady Madonna”, “Sgt. Pepper's lonely hearts club band (reprise)” o el vigoroso “Jet”, entre otros.

 

“Ya me quito, chaufa”

Las frases en español de McCartney serían las cerezas del pastel. “Estoy muy feliz de estar acá de nuevo. Esta noche voy a hablar con mi poquito español”, diría antes de elevarse con “Drive my car”, la legión peregrina de beatlemaniacos corearía.

 

En cada estadio al cual ha aterrizado con esta parte de su gira latinoamericana, McCartney ha adaptado las expresiones locales. En Lima, donde se le había esperado por una década, se despediría con un “Ya me quito, chaufa” y arderían los fuegos artificiales con el apoteósico “Live and let die”.

 

McCartney recorrería parte de su amplísima discografía, desde el primer tema que grabó con Los Beatles como The Quarrymen, “In spite of all the danger” (1958), pasando por su etapa en The Wings, con éxitos como “Band on the run” o “Let’em in”, hasta temas de su más reciente álbum en solitario como “Come on to me”, del álbum Egypt station (2018).

 

Multiintrumentista y melódico

El estado de las cuerdas vocales de sir McCartney permanecen en un muy buen nivel. Piezas melódicas como “My Valentine” o el gran “Blackbird”, se lució como pez en el agua. Los años le jugarían en contra con “Helter skelter”, considerada la primera canción punk, que exigía mucho a la garganta del octogenario artista; o en “Being for the benefit of Mr. Kite!”.

 

Una de las grandes canciones esperadas de la noche fue “Now and then”, lanzada el año pasado, y es la última canción grabada por Los Cuatro Grandes de Liverpool gracias a las nuevas tecnologías. Ver a John, Paul, George y Ringo en la pantalla principal mientras el músico inglés seguía la línea melódica solo fue equiparable al dúo que se logró, también gracias a la tecnología, con John Lennon secundándolo desde los londinenses techos de Apple Corps. en “I’ve got a feeling”, pieza del álbum Let it be.

 

McCartney es un virtuoso multiinstrumentista que ha grabado álbumes completamente solo. En el show de Lima, tomó la mandolina, la guitarra acústica, la eléctrica, el piano, el piano eléctrico. Con el ukelele empezó su versión de “Something”, que luego creció a los arreglos originales de The Beatles.

 

Por más de veinte años tiene una banda sólida que lo secunda en las giras con Wix Wickens en los teclados, Rusty Anderson en la primera guitarra, Brian Ray en la guitarra y Abe Laboriel Jr. en la batería. Todos colaborando en los coros.

 

No importaba que, fuera del José Díaz, Lima siguiera siendo su ritmo, o que al día siguiente -lunes- todos deberíamos de volver al trabajo: el Estadio Nacional de Lima se rendía a los pies de una megaestrella pop. 

 

“Hey Jude” se elevó en el unísono con las voces del respetable a capella. El recinto deportivo limeño era un viaje en el tiempo, a la histeria de la beatlemanía.


Había abuelos, hijos y nietos en el público. Peruanos de todos lados y extranjeros. Mauricio llegó abrazado a su bandera acompañando a su hija veinteañera, fanática de los cuatro melenudos de Liverpool. Había niños que conocían de memoria las canciones clásicas de Los Beatles que del Paul solista. Banderas de El Salvador, Colombia, Bolivia, Ecuador, y las luces de los celulares en blanquirojo, se combinaban.

 

Cuando interpretó “Birthday”, del Álbum blanco, ya el final se acercaba. Hubo una propuesta de matrimonio que sir Paul supo bendecir en escena y la puntada final sería con ese pequeño potpurrí que coronó el álbum Abbey Road: “Golden slumbers”, “Carry that weight”, “The end”. Paul se despidió y dejó su buena vibra y mejor música. Un beatle había por tercera vez a Lima y fuimos testigos y acólitos, por unas horas. La beatlemanía vive.  


#Beatles #PaulMcCartney #GotBack

sábado, 2 de noviembre de 2024

El Peruano: Un diario en el devenir de la historia


Una mirada sobre lo que sucedió en el país y en el mundo en 1925 y 1975, cuando el Diario Oficial El Peruano cumplió 100 y 150 años, respectivamente.

Escribe: José Vadillo Vila

La primera gran celebración histórica de El Peruano, en elegante blanco y negro, fue un suplemento especial de 16 páginas que apareció el jueves 13 de mayo de 1976 conmemorando el sesquicentenario de la primera edición del Diario Oficial.

Sucedió en pleno gobierno de las Fuerzas Armadas, cuando el diario más vigente y antiguo de América conmemoró ese singular natalicio. ¿Singular? Es que ya se decía que El Peruano se había fundado el 29 de octubre de 1825, por orden del libertador Simón Bolívar y ejecutada por Tomás de Heres.

Muchos años después, en pleno siglo XXI, las pesquisas de un historiador definirían que El Peruano Independiente circuló por vez primera en las cuatro esquinas del país el 22 de octubre de 1825.

Hace 49 años, en 1975, El Peruano costaba 4 soles cada ejemplar, ya tenía su local en el jirón Quilca 556, a tiro de piedra del hospital Loayza, y su director general, Roberto Rojas Valdebenito, recordaba que el país, gobernado por el general EP Francisco Morales Bermúdez, vivía “la segunda fase de un cambio estructural histórico”.

 

En cuestión de efeméride, los 25 años del Centro de Altos Estudios Militares (CAEM) acaparaban los elogios en octubre de 1975. El país era un territorio aún desconocido y los batallones del Ejército hacían los esfuerzos por abrir caminos que unieran los pueblos de la selva.

Por su parte, el general Rafael Hoyos Rubio, al mando del Ministerio de Alimentación, anunciaba “puestos reguladores” que permitían aliviar la escasez de artículos de primera necesidad. Un caso histórico sacudía la justicia peruana: 200 comuneros de Huayanay habían sido inculpados a 25 años de prisión por asesinar a gamonal.

Los últimos dos años, el precio del petróleo se había quintuplicado y los ministros de los 13 países integrantes de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se reunían en Viena para elaborar hasta tres planes para ayudar a los llamados “países en vías de desarrollo.


La humanidad parecía más solidaria. El miércoles 22 de octubre de 1975, Perú y Colombia se medían por la final de la Copa América en un duelo histórico; y el fin de semana previo, la procesión del Señor de los Milagros había durado 50 horas recorriendo 130 cuadras, reuniendo a más de 13 000 feligreses y con la bendición del obispo auxiliar de Lima, Luis Bambarén.

El Peruano anunciaba que hasta el 21 de octubre de 1976 se darían todas las facilidades a los miembros de las comunidades nativas “de selva y ceja de selva” para inscribirse en el Registro Civil y ejercer sus derechos.

La música ya tenía un lugar especial en el entretenimiento: La Palizada, en Miraflores, anunciaba a Lucía de la Cruz y Zoila Cárdenas en el estelar, mientras que en el Campo de Marte de Jesús María dos ídolos internacionales, los argentinos Palito Ortega y Leo Dan, harían suspirar corazones.

Estela Raval, menos multitudinaria, hacía una gira por locales capitalinos. Y el debate cultural era si el Día de la Canción Criolla mejor cambiaba de nombre a Día de la Canción Peruana.

Y ¿qué pasó en el Perú del jueves 22 de octubre de 1925, cuando El Peruano cumplió 100 años? Eran tiempos de Augusto B. Leguía con el báculo del poder y el huancavelicano Celestino Manchego Muñoz, su ministro favorito.


El Diario Oficial El Peruano tenía oficinas y talleres en el jirón Huaylas, en el Cercado de Lima. Cada ejemplar costaba 10 centavos y la suscripción trimestral en todo el país era de 5 soles. Nuestro diario publicaba las noticias del Estado y el mundo seguía girando.


Los peruanos se enteraban del mundo gracias a las noticias telegráficas, breves y rápidas. Los cables contaban, por ejemplo, sobre el proceso de plebiscito de Tacna y Arica y daban cuenta de las posiciones antagónicas y cómo los peruanos de Arica sufrían diversos atropellos y de la renuncia del presidente chileno Arturo Alessandri. La principal noticia internacional era la guerra en Marruecos y la segunda, que el hombre había cruzado los aires del Polo Norte en el dirigible Norge.

En Lima había problemas de agua potable y se discutía si debía de haber medidores para cobrar el consumo, mientras la alta sociedad hacía eventos para recaudar ropas para los niños pobres de Tacna y Arica; y los hermanos de la “archicofradía” salían vestidos de morado a cargar al Cristo de Pachacamilla por las calles capitalinas. 


Ya se hacía espacio el deporte del balompié: Telmo Carbajo era el “footballista” más aclamado desde el Atlético Chalaco y otros deportes también buscaban brillar, como las carreras de bicicletas.

Las salas de cine ofrecían funciones de matiné, vermouth y noche, ‘Charlie’ Chaplin era el ídolo del écran, aunque nadie dejaba de hablar del niño prodigio Jackie Coogan. Y Chosica, en la sierra cercana, era un destino que se promocionaba con sus quintas de reposo “para personas débiles o convalecientes”. 

Había un uso doméstico del aceite Tres-en-uno y se promovía usar la “navaja de seguridad” de Gillette. Los camiones resistían mejor con llantas Goodyear y quién no quería tener en casa una radiola Super VIII de seis válvulas para sintonizar mejor.

 

Angélica Palma, la hija del tradicionalista, ofrecía una conferencia en el salón del Casino de Barranco sobre las mujeres del Perú, el país que se despertaba a la modernidad debatía si la mujer debía fumar o no, ya que la cuestión del tabaco, además de manchar los dedos, envenena el corazón. (Con información de la Biblioteca Nacional del Perú y del Centro de Documentación de Editora Perú)

 

Unidad Nacional

A El Peruano “le corresponde difundir una acción del Gobierno que […] se cumple enérgica y constructivamente, bajo el signo de la unidad nacional, con amplio respeto a la crítica y con estímulo incesante a la participación popular en la toma de decisiones sobre la vida del país”. (Roberto Rojas V., director en 1975)

 

Dato:

– Hacia 1925, El Peruano se distribuía entre las oficinas del Estado y “todos los funcionarios de la República y del extranjero”.

 

(*) Publicado el 22 de octubre del 2024 en el especial de aniversario por los 199 años del Diario Oficial El Peruano.

martes, 2 de mayo de 2023

Tiempo de jarana


En la cuadra tres de Pizarro, en el Rímac, la música peruana se dio cita cada domingo para afinar la peruanidad.

Texto y fotos: José Vadillo Vila 

En esta casa no hay crucifijos. Aquí la fe está depositada en el hombre. Hace 18 años que en el pilar de la puerta un búho de marfil ha hecho su nido. Sugiere que en este hogar rimense de la cuadra tres de la avenida Pizarro se refugian la inteligencia, la creatividad y la camaradería, dándoles cornadas al verso fácil y  la melodía estéril.

Como un santo patrón agnóstico, lapicero en mano, Manuel Acosta Ojeda (1930-2015) sonríe desde su eterna humanidad de polvo de estrellas y desde el lienzo pasa lista a cada uno de los que llegan. Guitarristas, cantores, poetas, intelectuales, caricaturistas, cineastas, público de buena oreja, amén de algún periodista.

El retrato del compositor de “Cariño” está honrado con dos floreros de mulitas de pisco y reposa sobre un piano de media cola, en afinada armonía. Así da la bienvenida a “Saycopón”, como el propio MAO llamaba a este local del recordado Saycope (Sociedad de Autores y Compositores Peruanos).


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Espigada, locuaz y vestida de noche, Celeste Acosta –la del segundo nombre impronunciable– es la anfitriona de esta cita de mediodía y sétimo día. Con un par de datos, a vuelo de pañuelo, la hija del recordado MAO da las generales de ley del cantor o músico que a continuación subirá al pequeño podio.

Bajo los ojos de un Pinglo en gigantografía, cada artista saca de su secreta un repertorio acaso más gozoso de música peruana que el anterior; son aquellas canciones que la radio se empeña en olvidar a punta de reggaetón y desmemoria.


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Alrededor de las mesas se goza, se bebe y se corea. Peces en el río afinan chilcanos y cervezas en espera del platillo de fondo. El mozo se multiplica, y eso es buen síntoma porque este “Almuerzo criollo abajo el puente” es solidario. Quiere decir que todavía somos capaces de abrazar al hermano y tener el corazón en el lugar correcto.

Entre los comensales distingo a años luz gentes de ideas políticas yuxtapuestas. Se saludan y miran con respeto, cada cual celebra el repertorio, dando cátedra a los políticos en actividad que la democracia es posible, aun sin cámaras ni patrañas bajo la mesa.


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Histórico caballero, don Pepe Torres toma el mástil del trinador y secundado por Pablo Ramírez en el delicado toque del cajón acompañan a la cantora Luisa Ramos. Desde una mesa, el maestro Lucas Borja (fundador de Los Romanceros Criollos) sigue las melodías con los dedos y le hace la segunda voz en bajito.

Torres cederá la posta en las seis cuerdas al potrillo Julio Pablo Alvarado, y Alberto Larrea subirá para tomar por la cintura la segunda guitarra cuando toque el turno a Carlos Castillo, voz con frac. Carlitos llama a escena a don Eduardo “Lalo” Llanos, natural de Casagrande, alguna vez niño prodigio de la música y hoy un doctorado en lo que llaman música costeña.


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Moviendo las perillas de la consola, el cholo Gomer Valverde, sonidista, guitarrista y mejor persona, me secreteará su hipótesis: verás que todos aquí, a la hora de los loros, hasta el más criollo, cuando suena el huaino, zapatea. Lo jura.

Y eso era lo que propiciaba el gran MAO, sin distingos de criollos ni serranos. Ya el cantor/guitarrista Renzo Gil había hecho quitar los zapatos a Guido Arce y Cía. para bailar a pie descalzo el tondero “Carta de un campesino”, que escribieron al alimón los gigantes MAO y Luis Abelardo Takahashi Núñez. Gastón Vizcarra y Beto Loayza se abrazaban en un salud fraternal mientras Gil dejaba la cancha caliente a Los Cholos.

Jinre Guevara lanzó una décima antes de batir las quenas y zampoñas de Los Cholos. Siempre serio y sereno, Ricardo García daba los trinos de las 10 cuerdas de su charango y Gomer parecía extender su cabello largo para rasgar la guitarra. ¡Wifalitay, wifala!, cantaban estos Cholos citando a Arguedas de memoria y razón. Entonces, la “Canción de cal y canto” trasmutaba de valse en danza de negritos; costa y Andes se abrazaban en la tarde rimense, mientras Tito Manrique afinaba su guitarra, la guapa Gabriela Valenzuela era requerida para el valse y Pepe Arcela esperaba su turno, con un repertorio tan peruano y diverso como el anterior. Porque así es el Perú, mestizo, de inga y mandinga.

Dato:

MAO compuso éxitos como “Cariño”, “Madre”, “En un atardecer” y “Si tú me quisieras”, entre otros.

(*) Tomado del Diario Oficial El Peruano

domingo, 16 de abril de 2023

El Niño más majadero fue el de 1983 (crónica)

 


Durante la primera mitad de 1983 se dio el Fenómeno El Niño más devastador que conoció el Perú en el siglo XX.

Escribe: José Vadillo Vila 

Fue El Niño más malcriado. El más terrible. El más letal. El de las lluvias de verano más fuertes en el norte del país. 

Las precipitaciones pluviales empezaron a fines de noviembre de 1982 y, a mediados de febrero de 1983, las autoridades informaban que el Fenómeno El Niño (FEN) se había ensañado con Piura y Tumbes: ambos departamentos soportaron tres ‘diluvios’ consecutivos en cuestión de semanas.

Las primeras lluvias recias cayeron sobre Piura los días 28 y 29 de enero de calendario. Al mes siguiente, se tuvo que expropiar rápidamente las viviendas de las cuatro primeras cuadras de la calle Lima, en la capital piurana, para construir con urgencia una defensa ribereña que debía soportar una anunciada creciente de dos millones 500,000 litros por segundo que recibiría los siguientes días el río Piura. Era mejor sacrificar una parte de la urbe que verla inundada. A los trabajos se sumaron el Proyecto Chira-Piura, los municipios y la Corporación Departamental de Piura.

El nivel de las aguas iba a crecer casi al doble del domingo 30 de enero de hace 40 años, cuando las aguas del río Piura registraron un volumen de un millón 500,000 litros por segundo y ya habían causado inundaciones en buena parte de Piura y Castilla.

Piura y Tumbes quedarían incomunicados del resto del país. El saldo sería de 12 muertos y 8 desaparecidos. No había acceso por aire, mar y tierra: las lluvias, que duraron seis horas, desde las siete de la noche, arrasaron el puente Fernández de Máncora; en Tambo Grande se activaron varias quebradas con su cargamento de lodo. Y en Morropón los techos de las casas sucumbieron ante la fuerza del inusual chaparrón. Las lluvias también destruyeron la Panamericana Norte.

El Comité de Defensa Civil de Sullana declaró 1,700 casas inhabitables tras los desbordes del río Chira, mientras las madres de familia tenían que movilizarse con el agua hasta las rodillas para hacer las compras en el mercado Modelo.

Estábamos frente a un evento sin igual porque durante 52 años los ríos y riachuelos sullanenses (léase Cieneguilla, Basadre, El Porvenir y Bellavista) habían permanecidos secos.

Paso de frontera

Para el paso fronterizo de Aguas Verdes también se trató del peor registro de su historia: en el lado peruano, el agua que llegó la tarde del 5 de febrero arrastró los puestos de la Policía y de Aduanas hacia el centro del río, perdiéndose gran parte de la documentación oficial. Lo único que quedó incólume fue el Pabellón Nacional, mientras que los mercados tumbesinos sufrieron el desabastecimiento de alimentos de panllevar.

Las fuertes precipitaciones pluviales cubrieron también algunas zonas hasta una altura de 3 metros, destruyendo los pequeños poblados a ambos lados de la frontera, con un total de 350 viviendas de quincha y barro destruidas.

Aguas movidas

En Mollendo, decenas de lobos marinos, pejerreyes y congrios aparecieron varados en las playas, pudriéndose en la arena, pues son especies que no soportan las aguas calientes. Pero el animal que causó más alarma fue un cachalote que confundieron con un tiburón, que se acercaba amenazante a 50 metros de la orilla y que se sumergía y emergía continuamente frente a la playa 27 de Octubre, en Chimbote. Era uno de los animales raros que llamaban la atención hasta a los pescadores más recios.

Aunque los técnicos del Imarpe sostuvieron que se trataba de un animal inofensivo que había llegado producto del ingreso de aguas cálidas debido al FEN, el miedo y las leyendas volaron entre los veraneantes.

Poco a poco, la ayuda llegaría para los damnificados de Tumbes y Piura gracias, primero, al puente aéreo, mientras se levantaban defensas ribereñas y se empezaba a trabajar en prevención de desastres.

Y vía decreto supremo se autorizaba al Banco Agrario del Perú para recibir una avalancha de solicitudes a fin de otorgar préstamos agrarios con adelantos de 50,000 soles por hectárea, con un máximo de 10 ha por grupo asociativo. Era lo que se podía.

***

Meses después, en su Mensaje a la Nación, el 28 de julio de 1983, el presidente Fernando Belaunde, ante la cantidad de pérdidas humanas y económicas, con lluvias intensas en el norte y sequías en el sur, con un millón 330,000 damnificados, 512 muertos y 120,000 hectáreas perdidas, dijo: “Desde octubre de 1982, el país se vio afectado por el mayor desastre natural en el presente siglo, originado en importantes cambios de las condiciones meteorológicas y de la temperatura marina”.

Sur seco

En la sierra sur, el FEN ocasionaba un efecto 180 grados distinto: las sequías.

En Puno se calcularon que las pérdidas en el agro y la ganadería superarían los diez millones de soles de la época. El problema era que con la sequía se produciría un desabastecimiento de carnes y tubérculos, de los cuales el altiplano es abastecedor de mercados importantes en todo el país, incluida la capital, Lima.

Por la ausencia de lluvias, en Arequipa la capacidad de la represa del río Chili no abastecía las demandas de los agricultores: el caudal llegó a solo 8 metros cúbicos por segundo y también se suspendería la electricidad para la capital characata, lo que perjudicó a las diversas industrias.

En Tacna, al comprobar los cauces secos de los ríos Caplina y Uchusuma, la Corporación Departamento de Desarrollo (precursoras de los gobiernos regionales) solicitaba al Gobierno Central que se declare en emergencia también por la sequía que dejaba a los agricultores sin cosechas. Así fue el paso de El Niño más letal del siglo XX. ¿Aprendimos de la lección?

(*) Con información del Centro de Documentación de El Peruano.

Datos:

El proyecto Chira-Piura sufrió menos las inundaciones gracias a las defensas existentes desde 1972.

Al FEN 1982-1983 los científicos lo califican como un Meganiño, que tropicalizó el clima de la costa norte, con un aumento de la temperatura del mar y del medioambiente.

El FEN 1997-1998 duró cinco meses y generó 3,000 millones de dólares en pérdidas; dejó un saldo de 340 muertos y más de 545,000 damnificados

Cifra:

1’330,000 damnificados, 512 muertos y 120,000 ha perdidas dejó el FEN 1983.

(*) Publicado el domingo 9 de abril del 2023 en el Diario Oficial El Peruano.


lunes, 2 de enero de 2023

José Vadillo Vila retorna a la ficción con nuevo libro de cuentos



  • El largo aliento de las historias apócrifas reúne seis cuentos donde despliega mundos espectrales, narrados con un lenguaje lúdico y ágil.

  • Crítico Jorge Valenzuela resalta que la obra propone una nueva forma de contar historias y Ricardo Sumalavia destaca el fino equilibrio de la prosa del autor.


Luego de transitar por el periodismo narrativo en Apus musicales. Héroes de la canción andina Vol. 1 (2018), el escritor y periodista José Vadillo Vila vuelve a la escena literaria con El largo aliento de las historias apócrifas (Lima, Artífice Comunicadores, 2022). Las seis historias de su nuevo libro de cuentos —género al que vuelve después de 9 años— transitan entre la literatura realista y lo fantástico. 


Con un lenguaje coloquial, Vadillo Vila presenta historias entre las cuales dos peces conversan en un Chernóbil posnuclear; el barrio de un poeta es destruido para modernizar una ciudad que quiere olvidarse de su pasado en guerra; un hijo recuerda la distante relación con su padre fallecido y un amante de la literatura acosa a un novelista que se creía muerto, entre otras. 


“El título del libro se relaciona con la persistencia que han tenido estas historias para poder llegar al punto final y ver la luz en forma de libro. Fue un paciente trabajo de escritura, que tomó varios años, en los entretiempos que me deja el diarismo”, cuenta el autor.




Opiniones sobre el libro

El largo aliento de las historias apócrifas se caracteriza por apoyarse en estructuras fragmentarias, narraciones no lineales y párrafos breves, entre otros recursos literarios. 


Al respecto, el escritor y miembro de número de la Academia Peruana de la Lengua, Jorge Valenzuela, resalta la elasticidad de la prosa del autor y la nueva narrativa con textos de gran técnica. 


Por su parte, el novelista, diplomático y exministro de Cultura, Alejandro Neyra, afirma que los cuentos, escritos con “algo de tierno y mucho de sobrecogedor”, ofrecen “una forma de entender que este mundo en que vivimos probablemente no sea más que un laberinto del que solo saldremos gracias a la ficción literaria”. 


En tanto, Ricardo Sumalavia, escritor, académico y director del Centro de Estudios Orientales de la PUCP, valora el fino equilibrio de la prosa que construye atmósferas y personajes espectrales y atractivos. 


Sobre el autor

José Vadillo Vila es periodista, escritor y cantautor. Ha publicado los libros de cuentos Historias a babor (2003) y Hábitos insanos (2013) y el libro de perfiles Apus musicales. Héroes de la canción andina peruana. Vol. 1 (2018). 


Sus relatos y crónicas aparecen en diversas antologías como 21. Relatos sobre la independencia del Perú, ¡Arriba las manos! Muestra del relato policial en el Perú y Generación B. Jóvenes de la esperanza


Ha grabado los discos Elemental (2001) y Primera parada (2016) y presenta canciones en su canal de Youtube. 


Este 2022, además de lanzar El largo aliento de las historias apócrifas, obtuvo el premio Periodismo que Llega Sin Violencia, en la categoría prensa, de la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria.


¿Dónde comprar?

El largo aliento de las historias apócrifas se encuentra disponible en las librerías El Virrey, Communitas, Sur, Lancom, Babel, Casa Tomada y Ciudad Librera, así como en Buscalibre Perú (https://bit.ly/3PVZdPe) y la tienda virtual de Artífice Comunicadores (https://bit.ly/3PTLI2D). 


Asimismo, el libro ya cuenta con una versión electrónica, disponible en Amazon (https://amzn.to/3GntenU).


Artes & Letras: Repaso 2022

En el 2022 se celebraron los centenarios del poemario Trilce, de César Vallejo, y los de los nacimientos de Yma Sumac y Victoria Santa Cruz. Hubo marcada presencia femenina en el ámbito editorial y un grupo de autoras dedicadas a la literatura infantil, lograron reconocimientos internacionales.

Escribe: José Vadillo Vila / @vadillovila

El 2022 será recordado como el año del retorno a la presencialidad de los grandes eventos culturales en el Perú. La restitución de los aforos al 100% la fue disponiendo paulatinamente el Ministerio de Salud en su lucha contra la pandemia del covid-19. 

En el terreno de las Letras, el público se reencontró masivamente con la Feria Internacional del Libro de Lima (FIL Lima) y diversas ferias del libro en el ámbito regional, como las de Cusco y Junín. La Felizh llegó a su décima segunda edición en Huancayo, y se lanzó la primera Feria Internacional del Libro de Iquitos. 

Una alianza interesante se dio entre Ciudad Librera y el Fondo de Cultura Económica, que permitió organizar nueve ferias en Lima y Cusco. Y la Feria del Libro Ricardo Palma de Miraflores sumó medio siglo como vitrina cultural. En noviembre, la Ciudad Blanca volvió a ser presencialmente la sede del Hay Festival Arequipa 2022.

Sello femenino

Fue un año marcado por la producción editorial femenina. El Premio Nacional de Literatura 2022 del Ministerio de Cultural (Mincul) reconoció a Karina Pacheco (en la categoría de Novela), Dina Ananco (Literatura en lenguas indígenas u originarias), y Luis Jochamowitz y Rafaella León (No Ficción).

Katya Adaui crece en el panorama hispanoamericano de las Letras y aparecen nuevos nombres en la escena local como Malena Newton, Romina Paredes y Sonia Cunliffe. Además, seis autoras e ilustradoras peruanas lograron premios internacionales en la literatura infantil, entre ellas, Micaela Chirif recibió cinco reconocimientos.

Centenarios y más

Universidades y ferias del libro conmemoraron los 130 años del nacimiento de César Vallejo y un siglo de la primera edición de su poemario Trilce.

La Biblioteca Nacional del Perú ofreció una muestra en su honor y el nuevo Palacio de las Artes de Miraflores (PLAM), inaugurado en diciembre, también presenta el trabajo de artistas inspirados en los versos vallejianos. Se publicó una nueva edición quechua-español de Los heraldos negros y la editorial Lumen lanzó a escala internacional una edición completa de la poesía vallejiana.

A la par, en Europa y Estados Unidos se dieron diversos conversatorios sobre su obra. El más importante se llevó a cabo en octubre, en Londres y Oxford, Inglaterra, donde se reunieron los vallejianos más renombrados a escala mundial.

En diciembre se conmemoraron los 80 años del natalicio del desaparecido poeta Antonio Cisneros, de quien también se publicó en el 2022 su poesía completa.

También se celebró el centenario del nacimiento de la investigadora del folclor peruano Victoria Santa Cruz. Hubo exposición en la galería Pancho Fierro del Centro de Lima, que resumió sus aportes; y la Comisión Fulbright en el Perú lanzó bajo su nombre la Beca para Líderes de la Comunidad Afroperuana.

La gran reivindicación fue con Yma Sumac, ícono de la cultura pop global, pionera en la fusión de la música andina junto con su esposo, el músico ayacuchano, Moisés Vivanco. Se dieron diversos conversatorios; Elton Honores lanzó la exhaustiva investigación El pájaro que se transformó en mujer; la cantante de coloratura Silvia Falcón presentó espectáculo en el Gran Teatro Nacional (GTN) de Lima; y en Ichocán, Cajamarca, lugar donde nació la diva, se develó una placa réplica de la estrella que le dieron a Yma Sumac en el Paseo de la Fama de Hollywood, California.

Se cumplieron 111 años del nacimiento del escritor José María Arguedas, motivo para publicar Las comunidades de España y el Perú, en la que se rescata parte de su enorme legado en la antropología.

Fusiones

La cantautora Araceli Poma fue nominada a los Latin Grammy 2022 por el álbum Afro-Andean Funk. Y la joven Milena Warthon –quien nos representará en el Festival de Viña del Mar 2023 de Chile– dio pasos agigantados en su internacionalización del nuevo folclor.

Nuevos libros se enfocaron en la cumbia hecha en el Perú, como Yawar Chicha, de Alfredo Villar; e Historia de la cumbia peruana, de Jesús Cosamalón. En la escena rock, la dupla creativa de Del Pueblo Del Barrio, Piero Bustos y Ricardo Silva, lanzó el libro Escalera al infierno; Mariano Vargas exploró el Rock en El Agustino; y el músico Toño Jáuregui, Más allá de Libido.

A propósito, el Ministerio de Cultural (Mincul) reconoció el aporte de la agrupación piurana Armonía 10 por sus 50 años de trayectoria como Personalidad Meritoria de la Cultura Peruana. Lamentablemente, en julio, su director, Walther Lozada, falleció.

En folclor, July Sánchez presentó el libro El canto de un Jilguero. Ernesto Sánchez Fajardo. El 29 de octubre se inauguró la estatua en honor a la máxima figura de la guitarra andina, Raúl García Zárate, y tras unas semanas, se logró que se restituyera la obra en la plazuela La Merced, en Ayacucho.

La maestra Susana Baca presentó sus memorias, Yo vengo a ofrecer mi corazón, y el año se cerró con la publicación del concertista Javier Echecopar, La música del Perú, en la que resume 30 años de investigación.

Aniversarios

En cuestión de aniversarios, Cecilia Bracamonte celebró 60 años de trayectoria; William Luna y Diosdado Gaitán Castro, 35 años; el multiinstrumentista ‘Chano’ Díaz Límaco, 30 años; y la banda Zen, dos décadas de carrera.

En las tablas, el colectivo teatral Yuyachkani festejó las cuatro décadas de su clásico Los músicos ambulantes, mientras los actores Alberto Ísola y Reynaldo Arenas sumaron cinco décadas de carrera.

El Mincul declaró nueve expresiones del patrimonio cultural inmaterial como Patrimonio Cultural de la Nación. Entre ellas mencionemos la danza de La Chonguinada (región Junín), el pum pim fajardino (Ayacucho), la huaylía de San Antonio (Apurímac) y la obra del maestro Picaflor de los Andes, Víctor Alberto Gil Mallma.

Como política cultural de creación de nuevos públicos, después de tres años se retomaron las Giras Bicentenario del Proyecto Especial Bicentenario. Permitió llevar a la Orquesta Sinfónica Nacional por primera vez a Pucallpa. Además, tres elencos nacionales del Mincul ofrecieron en Huacho la Gala de Navidad.

Pantalla y adiós al CILE

La presencia de los largometrajes Willaq Pirqa, el cine de mi pueblo, y El corazón de la luna (prenominada al Óscar 2023) en el listín cinematográfico comercial nacional resume un año muy prolijo para la producción peruana que llegó tanto a salas como a los circuitos alternativos y plataformas. De acuerdo con el portal CineEncuentro, en el 2022 hubo un “estreno absoluto” de 71 películas, que supera los 69 del 2021.

A ello se sumó el rescate de varias cintas clásicas: el Festival El Cine de Lima fue el telón de fondo para el reestreno de Cholo (1972), protagonizado por el futbolista Hugo Sotil, y se dio una primera pasada a Luis Pardo (1927).

A mediados de año, una treintena de profesionales de lo audiovisual lanzaron NUNA, la primera Asociación de Directoras de Cine del Perú. Se espera que este año desarrollen acciones concretas.

El sinsabor mayor para el mundo académico peruano fue el cambio de sede del Noveno Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), programado para marzo del 2023 en Arequipa. Debido al álgido contexto social y político de las últimas semanas, la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale) decidió en diciembre cambiar de sede por Cádiz, España.

El arte es un reflejo de su sociedad y una forma de tomar conciencia de sus problemáticas. O como escribió hace más de un siglo el francés Jean-Marie Guyau: “Lo agradable pasa a ser bello a medida que encierra más solidaridad y sociabilidad entre todas las partes de nuestro ser y todos los elementos de nuestra conciencia, a medida que es más atribuible a ese nosotros contenido en yo”.

Datos:

En julio, el Banco Central del Reserva lanzó los nuevos billetes de 20 y 50 soles, con los rostros del escritor José María Arguedas y la historiadora María Rostworowski.

El Archivo General de la Nación cerró el año anunciando la impresión de 600 ejemplares de El protocolo ambulante de los conquistadores o libro becerro del siglo XVI.

Cifras:

128,000 espectadores asistieron a 215 funciones en el GTN durante el 2022.

4 ministros tuvo el Mincul el año pasado. 

(*) Publicado el domingo 1 de enero del 2023 en el Diario Oficial El Peruano

domingo, 29 de mayo de 2022

El hatun charango cumple 21 años

El cordófono creado por Federico Tarazona está de cumpleaños. Este instrumento de la familia del charango peruano es muy versátil y solicitado por solistas de música tradicional como por expertos en jazz y música experimental.

Escribe: José Vadillo Vila 

Como el Pinocho de la literatura universal, el primer hatun charango también nació de una única pieza de madera tallada. Su forma es la de una pequeña guitarrita, o “laminada”, característica del charango tradicional peruano.

Desde Quebec, Canadá, el destacado músico ancashino Federico “Fico” Tarazona cuenta cómo nació el instrumento que diseñó en Friburgo, Alemania, en el 2001, mientras estudiaba guitarra clásica y composición. Andaba buscando un instrumento que se ejecutara como el instrumento solista y que, a la vez, fuera acompañante.

“¿Te imaginas a un músico como yo, que salió del Perú a especializarse en Rusia, Alemania, Francia y Canadá, transitando por estos países con su charango y tratando de buscar un guitarrista acompañante? La respuesta es simple; la necesidad me llevó a crear este instrumento solista”.

Además de la necesidad técnica, Tarazona creció en un hogar a donde llegaban los músicos Raúl García Zárate y Gaspar Andía Fajardo, quienes tocaban con su padre. Entonces, desde su niñez siempre creyó que “algún día el charango podía pasar a un plano netamente solístico”. Con el hatun charango ha visto realizada esta aspiración.

El joven instrumento peruano está posicionándose en los círculos de músicos académicos internacionales. El hatun charango ha tenido eco en Bolivia, Chile, Argentina, Colombia, Ecuador y México.

Así, en la larga lista de “finos intérpretes” solistas figuran Nicolás Faes Micheloud, de Argentina; Pedro Santa Cruz y Juan Carlos Cadena Silva, de Colombia; Francisco Gaete Rodríguez, de Chile; Yann Béréhouc, de Francia; Marquis McGee, de Estados Unidos; además de los peruanos César Aguilar Alcedo, Alejandro Ataucusi y José Meza Muñoz. A ellos se suman también guitarristas profesionales de España y el Reino Unido.


“El hatun charango no solo tuvo el interés de músicos profesionales –advierte Tarazona–, sino también de aficionados y luthieres. No puedo negar que también tuvo y tiene aún detractores de un sector conservador del folclor, que al mismo tiempo refleja sus limitaciones técnico-musicales para abordar la práctica de este instrumento que no deja de ser complejo en la manera de tocar”.

Repertorio propio

Un nuevo instrumento es una exploración sonora. El hatun charango permite al instrumentista ser solista y, a la vez acompañarse, y necesita de un repertorio.

Tarazona ha demostrado las probabilidades que permite para ejecutar música tradicional latinoamericana o versionar piezas del barroco español del siglo XVII.

Y cada charanguista ha contribuido a enriquecer el repertorio del instrumento, con sus repertorios personales y contextos culturales, haciendo adaptaciones de música original para otros instrumentos y creaciones propias. José Meza, por ejemplo, ha compuesto “Hatun”, inspirado en la exploración sonora que le permite explorar el nuevo cordófono y el propio Tarazona suma diversas creaciones, como “Chosicano soy”.

“En su mayor parte el repertorio existente está compuesto de música originalmente escrita para guitarra. Y es normal que así sea, puesto que el hatun charango, por sus cualidades, trasciende las limitaciones técnicas que posee el charango tradicional, el cual hasta la fecha no ha dejado de ser un instrumento capaz de prescindir del acompañamiento de la guitarra. Salvo pequeñas excepciones”, explica.

Al ofrecer una doble función de solista y acompañante para los ejecutantes se vuelve un vehículo musical “ideal para la armonía e improvisación del jazz, disonancias de la música de arte contemporánea, así como para el repertorio barroco, clásico, o de las diferentes épocas de la música universal”, asegura su creador.

Fico Tarazona ha recibido desde el inicio invitaciones para participar en la creación de música de cine. Ha trabajado con el destacado compositor francés Armand Amar y compositores de música de arte contemporánea y jazz para colaborar en conciertos y grabaciones.

A partir del 2018, su labor de difusión del instrumento –conciertos, conferencias y grabaciones por Canadá y el mundo– cuenta con el respaldo del Centro de Músicos del Mundo en Montreal.


Cuestión de tiempo

Al ser un instrumento completo en su registro, también puede usarse en los formatos de los grupos de música andina, pues permite acompañar como el charango tradicional. Eso ya lo ha demostrado su propio creador, quien ha participado en diversos ensambles de música de cámara contemporánea.

“Mi percepción es que muchos charanguistas, principalmente los que se consagran al acompañamiento de grupo, tienen aún una especie de temor de explorar el hatun charango. Pienso que es cuestión de tiempo. Los hechos irán demostrando al músico popular su riqueza sonora y sus grandes posibilidades armónicas”, opina.

Pero no hay instrumento musical sin luthiers. El encargado de trabajar el primer hatun charango fue el destacado luthier nacional Fernando Luna, entre el 2001 y el 2002, a partir de los planos del instrumento completo que diseñó Tarazona, quien también ha fabricado hatun charangos en Francia y Canadá.

En el transcurso de los años se han sumado a la fabricación del cordófono andino importantes luthieres peruanos como Wilber Arce, Julio Jihuallanca, Cristian Mena, Linder Marín, Ítalo Llanco y Enrique Falcón, además de otros maestros de husos de América Latina.

Si bien Tarazona registró su creación en el Instituto Nacional de la Propiedad Intelectual, en Francia. Su fin no es lucrativo y comparte su conocimiento con otros luthieres. “Mi finalidad es contribuir al enriquecimiento del instrumento y la cultura popular del mismo”.


Cuestiones técnicas

Un detalle es que el hatun charango tiene dos versiones: una estándar de 7 órdenes de cuerdas (ver recuadro) y una variante, de 8 órdenes. Acaso, ¿no complejiza la difusión del instrumento? “Estas dos variantes existen desde su creación. Pero desde hace más de seis años estoy dedicado solo a la ejecución del hatun charango de 8 órdenes”, explica su creador. Resalta que la complejidad no es una barrera si el músico tiene talento, entusiasmo y es trabajador. “En la antigüedad existían instrumentos de mucho mayor cantidad de cuerdas, como el laúd o la tiorba, que cayeron en desuso por una razón técnica y acústica. Siguiendo el desarrollo musical en el mundo, actualmente se tocan guitarras de 7, 11, 13 y 15 cuerdas. Y el bajo eléctrico pasó de ser un instrumento de 4 órdenes a uno de 5 y 6”, subraya.


Cifra

400 a 500 dólares cuesta, en promedio, el instrumento en el Perú, variando por la calidad del mismo.


Características del hatun charango

Hoy, el instrumento se construye en dos versiones, de 7 y 8 “órdenes” de cuerdas.

Cuenta con 6 órdenes simples y una doble (mi-la-mi-do-sol-re-la).

Las 5 primeros órdenes son los de un charango tradicional (mila-mi-do-sol), con el tercer orden doble y octaveado.

El charango tradicional existe tanto en el Perú como en Bolivia, en cada país tiene diferentes características morfológicas y gran variedad de encordaduras y afinaciones.

Existen charangos con caja de resonancia redonda, trapezoidal, triangular, en forma de “8”; son de diferentes materiales: madera, caparazón de armadillo, cuerno, etcétera.

Sus muchas afinaciones tienen encordaduras diversas en nailon y metal.

El hatun charango, por su manera de encordar, está inspirado en el charango ayacuchano de Huamanga, Puquio y Cora Cora, donde se toca con cuerdas simples.

(*) Publicado el domingo 29 de mayo del 2022 en el Diario Oficial El Peruano.

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