Por: Winston Orrillo, catedrático y poeta (*) Es hermoso cómo avanza, incontenible, la feraz narrativa peruana, y cómo, a pesar del monstruo Vargas Llosa que, mutatis mutandi, caso Chile con Neruda, podría haber paralizado a los vástagos; aquí, entre nosotros, se multiplican los buenos narradores, aquellos que no se intentan –hecho baladí, por otro lado- mimetizar con el penate. La anterior reflexión para señalar el caso de José Vadillo Vila que, con estilo y temática diferente, abre trochas y sale bien parado del desafío de asediar a una realidad ciertamente distinta (y distante) a la del autor de Los cachorros. En primer lugar, discrepo cuando se dice, en la contraportada, “el periodista José Vadillo Vila vuelve al territorio de la narrativa tras una década de su primer libro de relatos [Se refiere a Historias a babor , 2003]”. No, el caso de nuestro autor es el de no pocos que, mientras tanto, pane lucrando, ejercen en las galeras del periodismo, cuando su verda
Periodista - Escritor - Editor - Cantautor